2 de agosto de 2016

Allá arriba...

Siempre que me siento a escribir pienso en lo que siento, en lo que quiere mi corazón y mi alma que suceda, en lo que quiero expresar y que por el motivo que sea no puedo hacerlo. Cuando me encuentro algo solitaria y vacía, siempre busco a ese alguien allá arriba para que me escuche, para que me ayude a entender por qué pasa todo, por qué las cosas tuvieron que cambiar por culpa de mis actos. Sé que debería saber la respuesta, sé que debería entender por qué de todo esto, pero es complicado; aún no salgo de esa zona de confort en la que estaba, en donde no hacía otra cosa más que reír, no hacía otra cosa más que vivir ese cuento de hadas y esas historias de mis libros que siempre me dejaban flechada y con el corazón inundado de sentimientos que rogaba al cielo que algún día pudiera vivirlos yo; y que afortunadamente logré vivirlos de la mejor manera. No es fácil salir de ahí y tener que acostumbrarse a dejar atrás cosas que siempre estuvieron  y que lo peor de todo es que no sé cuánto tiempo deba dejarlas atrás. A veces, cuando siento que esas cosas vuelven, es cuando me doy cuenta de que aún no está perdido todo, que sólo se necesita querer hacer las cosas para que puedan permanecer, que hay que intentar mantenerlas, para que el vacío que existe se vaya. Pero entonces es ahí cuando ese pasado turbio no deja que la flor siga floreciendo, no deja que sus raíces se maduren sino que hace que los pétalos se caigan de a pocos hasta que puedan volver a florecer. 
Siempre en estos momentos, me detengo a mirar el cielo y a preguntarle ¿no ha sido suficiente ya? ¿No es hora de que todo vuelva a tomar su curso? A veces siento que me responde que sí, con hechos que llegan luego, pero a veces no hay respuesta, a veces siento que no queda más que seguir esperando por ese "Espero que.." o ese "Ojala que..". 
Quisiera tener la certeza de que todo será mejor que antes, pero ahora siento que, como ya lo he dicho, existen esperanzas que me da la vida día a día para mantener la fe en todo, para pensar que aún se puede, que es sólo cosa de que el tiempo y nosotros mismos ayudemos a que todo se cure. Solamente es bueno detenerse a pensar por un momento en: "Si antes se pudo ¿por qué ahora no?" En especial cuando han cambiado las cosas y nosotros mismos hemos cambiado y vemos las cosas con una mejor perspectiva. A eso puedo agregarle en pensar: "Si pude hacerlo una vez, ¿porque no mantenerlo?" porque sencillamente esas primeras veces son las que me dan la fuerza para aumentar mis esperanzas y hacer aún más por ese anhelo que tengo, por recuperar mi maravillosa vida de hace un tiempo. Sencillamente ahora soy otra, soy alguien más consiente de todo y alguien que ya sabe y entendió que la vida te brida oportunidades para aprovecharlas, no para desfallecer a mitad de camino. Siento que ha sido una etapa dura, pero que me dejo enseñanzas que aquí están y que sé que sabré aplicarlas si la vida y nosotros mismos queremos recuperar todo.

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