29 de junio de 2016

Te amo

Dos palabras sumamente poderosas, que te pueden iluminar el día como nunca imaginaste, o que sencillamente al no ser escuchadas pueden llevarte a la oscuridad más grande que pueda haber... Son palabras importantes, que se dicen porque se quiere, porque se sienten, porque son esenciales para poder sentirse bien, para que el otro, aunque ya lo sepa, sienta que eso nunca se va a perder...Con lágrimas en los ojos te puedo decir que no escucharlas es como una tortura, una de esas que te dejan vacía, triste, infeliz, te dejan con una sensación algo incómoda, no sabes exactamente qué sientes, pero de algo estas segura, y es que no es bueno, no es bonito. ¿Por qué? Porque llevas tanto tiempo escuchándolas a diario y a cada instante de tu día que llega el momento en el que cuando pasa el día entero en que no aparecen te desgarra el alma, te desgarra el corazón y te lo dejan hecho añicos, porque aunque tú quieras decirlo, esperas a escucharlas primero, porque extrañas que sea así, porque quieres que esa persona, esa única persona que puede decirlas, llene el vació que deja el no tenerlas como antes. Te juro que cuando las lees y aún más cuando las escuchas saliendo de esos labios que tanto amor te dieron, es como si se iluminara ese espacio oscuro que había, es como si se prendiera una llama que te incendia el cuerpo entero, que te hace arder de amor y de sueños, de deseos de que no se vuelvan a ir, de que no se queden en el olvido, porque tu más que nadie sabes que para ti esas palabras nunca quedarán atrás, y más cuando se trata de alguien que ha dado todo por ti, que ha estado contigo día y noche, en las buenas y en las malas, y que ahora no esté, hace que esas dos palabras tan cortas y sencillas pero al mismo tiempo tan fuertes, valgan más de lo que alguna vez pudiste imaginar.

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